Por otro lado la coyuntura electoral nos presenta a Lourdes Flores Nano, una mujer que ha perdido las ultimas elecciones presidenciales, estigmatizada con la frase: “La candidata de los ricos”. Este enfoque hizo que, en dichas elecciones, estando ella muy cerca de ganarlas, sufriera una baja fuerte en las encuestas y finalmente las pediera.
Se quiere desarrollar este punto ya que se podrán destacar las ventajas y las desventajas de un gobierno de corte derechista respaldado por Destacar ventajas y desventajas de un gobierno de corte derechista con apoyo de la oligarquía actual.
Podemos definir oligarquía como una minoría aristócrata que maneja el poder por medios que van en contra la democracia y la ley. Actualmente en el Perú a diferencia de los gamonales del siglo XIX los cuales iban acaparando impunemente las tierras, la oligarquía peruana utiliza medios políticos y económicos aparentemente lícitos para lograr sus propósitos. Por lo cual no estamos hablando de ricos hacendados sino de políticos y de grupos de poder económico que pueden aliarse de diversas maneras según su conveniencia.
A través de la historia del Perú podemos encontrar una larga lista de políticos tanto de derecha como de izquierda, civiles y militares los cuales aliados con grupos económicos nacionales y/o extranjeros han gobernado favoreciendo a unos pocos, dejando de lado el bien común que es la esencia de la democracia.
Entre todos estos personajes Manuel A. Odría está cobrando vigencia, no solo por el libro del premio nobel de literatura de Mario Vargas Llosa “Conversaciones en la catedral”, sino por su lema “Hechos y no palabras”.
Manuel Odría, durante los ocho años que estuvo en el poder, gobernó con mano dura en una dictadura de derecha que luego de su segundo año legitimiso de manera ilegal, desterrando a sus opositores.
Quiso tecnificar la economía, para lo cual se contrato a “La misión norteamericana” presidida por Julios Klein, que recomendó el sistema de libre mercado. Odría atendió a las principales recomendaciones de esta misión: supresión de subsidios, libre cambio, desaparición de los controles y el equilibrio presupuestal. La crisis económica pudo así ser contenida. Gracias en parte a la guerra de Corea por lo cual subieron los precios de metales y materias primas como algodón y azúcar.
Mediante el Código de Minería promulgado en 1950 se alentó la inversión minera, especialmente por compañías extranjeras (particularmente norteamericanas) y se inició la explotación de los yacimientos de cobre de Toquepala y Quellaveco, y la de hierro de Marcona.
Con la bonanza económica se dio inicio a la construcción de grandes proyectos públicos como la construcción de carreteras, grandes unidades escolares, hospitales, ministerios, incluso el estadio nacional. Generando así trabajo y a su vez ganancias formidables al entorno empresarial que apoyaba la dictadura.
Podemos decir de Manuel Odría, que por un lado construía monumentales proyectos e implantaba políticas progresistas a favor de los trabajadores. Por el otro reprimía duramente a sus opositores políticos. Por lo cual el progreso no se dio en todos los ámbitos de su gobierno y al final de este no se pudieron sentar las bases de una prosperidad continua que trascendiera su mandato.
Han pasado cincuenta y cuatro años del gobierno de Manuel A. Odría y aun podemos ver que los políticos, sin importar su agrupación, tratan de ser recordados por el calibre de sus obras públicas las cuales en muchos casos siguen enriqueciendo de manera ilícita a una minoría. Las cuales también son usadas como tema de campaña política para mantenerse el poder.
Esta “filosofía de las obras” la cual no está destinada a satisfacer una necesidad real, y que justifica los excesos y abusos (está bien que robe pero que haga algo) es la que no permite construir las bases de un futuro realmente prospero con instituciones solidas.